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KOMBUCHA, ‘ELIXIR DE VIDA’. BEBIDA FERMENTADA PARA CUIDAR TU SALUD

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Seguro que llevas mucho tiempo oyendo hablar de la kombucha como el ‘elixir de vida’ y la verdad es que una bebida muy interesante por sus propiedades probióticas.

Es una bebida fermentada que se prepara con una infusión de té verde y/o negro y que se fermenta con una simbiosis de levaduras y bacterias llamada ‘SCOBY’ (siglas en inglés: Symbiotic Culture Of Bacteria and Yeast). También necesita de azúcar para ayudar a alimentar al scoby durante la fermentación y agua.

Es una gran alternativa a bebidas gaseosas y azucaradas que no nos aportan nutrientes sino más bien lo contario.

Se puede tomar al natural o bien se puede tomar con sabores: jengibre, naranja, limón, frutos rojos, especias como cardamomo, etc. Eso se consigue en una segunda fermentación. Te lo cuento todo en este artículo.


Es muy sencillo de preparar en casa. Necesitas muy pocos ingredientes y un poco de paciencia que es el tiempo que tarda en fermentar y en estar lista para que puedas disfrutar de ella y de sus propiedades. Te cuento alguno de sus BENEFICIOS:

1.- Equilibra la flora intestinal gracias a su contenido en probiótico

Los probióticos proporcionan a nuestro intestino bacterias buenas, saludables que van a ayudar a nuestro organismo a mejorar su salud reduciendo la inflamación y mejorando las digestiones, entre otras cosas.

2.- Es antioxidante y fortalece el sistema inmunitario 

Los antioxidantes son unas sustancias que encontramos en los alimentos y bebidas y que son muy interesantes para nuestro organismo ya que nos ayuda a luchar contra los radicales libres.

En nuestro día a día nos exponemos a elementos que pueden dañar nuestro organismo, nuestras células y promover el desarrollo de tumores. Alimentos naturales (frutas y verduras, etc.), alimentos fermentados, té verde, etc. nos ayudan a fortalecer nuestro organismo, nuestra flora intestinal y nuestro sistema inmunitario para poder enfrentarse a células tumorales y eliminarlas, a virus, parásitos, bacterias, etc.

Es una bebida que ayuda a aumentar las defensas fortaleciendo el sistema inmune, aportando energía y vitalidad a nuestro organismo, reduciendo los síntomas de alergias y regulando la presión arterial.

 
3.- Antibacteriana y fungicida

Al estar elaborada con té verde tiene considerables propiedades antibacterianas ayudando a evitar o suprimir el desarrollo de bacterias y levaduras malas. Es muy recomendable para personas que sufren de candidiasis ya que ayuda a reducir los síntomas gracias a estas propiedades antibacterianas

4.- Disminuye la inflamación articular, ayudando así a prevenir la artritis y manteniendo las articulaciones saludables

5.- Mejora la digestión y regula el tránsito intestinal 

6.- Hidrata, sin tener que recurrir a bebidas industriales con más cantidad de azúcares y aditivos. Además, podemos disfrutar de diferentes sabores del té de Kombucha si durante su fermentación se añaden frutas o zumos orgánicos


¿DÓNDE COMPRAR KOMBUCHA? ¿PODEMOS PREPARARLA EN CASA?

 La kombucha puede comprarse en tiendas ecológicas, herbolarios, en tiendas online, etc.

También se puede hacer en casa. Para ello necesitamos el SCOBY que podemos conseguir comprándolo en herbolarios, tiendas ecológicas, tiendas online o también alguien que conozcas que haga kombucha te podría dar un SCOBY para poder empezar.

Podría empezarse también sin SCOBY, es decir, de cero, pero con unos 350ml de kombucha ya preparada. En ese caso es un proceso un poco más difícil y engorroso. Así es que mi recomendación es, si deseas hacer kombucha casera, que lo hagas con un SCOBY.

Si decides hacerla casera es muy importante la limpieza para no contaminar el scoby.

 

¡Te cuento la receta!


Ingredientes

Un SCOBY (‘Symbiotic Colony of Bacteria and Yeast’)

1 taza de kombucha ya hecha (‘starter liquid’)

4-6 cucharillas de té verde BIO

200gr de azúcar (1 taza)

Agua filtrada o mineral (4 litros)

Recipiente de cristal grande (capacidad mínima de 5 litros)

Trapo de algodón

1 goma elástica


Preparación:

En esta primera fase vamos a preparar la kombucha siguiendo las instrucciones. De esta forma conseguiremos la PRIMERA FERMENTACIÓN. Un proceso de unos 15 días muy sencillo.

¡Te lo cuento paso a paso!

1.    Hervir 2 litros de agua y añadirle el té verde para que infusione durante 7 - 8 minutos mínimo. Después se retira pasando el agua por un colador. Quedará un té concentrado. Dejar enfriar

2.    Cuando esté templado o frío (22 - 25°C como máximo) pasar esos 2 litros de agua al envase de cristal que vamos a utilizar para hacer la kombucha y añadir el azúcar (es el alimento del scoby).

3.    Añadir los 2 litros restantes que habíamos hervido y mezclar todo bien con una cuchara de madera: azúcar, té verde y agua

4.    Ahora vamos a manipular el scoby. Es muy importante tener las manos muy limpias al manipularlo: añadir el scoby y la taza de kombucha ya hecha (‘starter liquid’)

5.    Tapar en envase con una tela 100% algodón para que el líquido tenga oxígeno y no se contamine con bichos, polvo, etc. Sujetar el trapo con una goma elástica

6.    Dejar en un lugar cálido (temperatura 20º-25º) de 7 a 15 días para su fermentación y producción de kombucha. Personalmente me gusta dejarlo mínimo 15 días

Se puede ir probando cada 5 días, si se desea. Es importante recordar que no se puede meter un cazo metálico para probarlo. Venden frascos de cristal con grifo y es muy cómodo.

7.    Pasados esos 15 días ¡la kombucha está lista!

8.    Con las manos muy limpias se retira el scoby y se mete en un frasco limpio (con tapa) con una taza o dos de kombucha (será la kombucha y ‘starter liquid’ para nuestra próxima creación).

El scoby hay que dejarlo reposar unos días (mínimo 4-5 días) en su ‘starter liquid’ antes de volver a empezar un nuevo proceso de creación de kombucha.

9.     Colar el líquido (ya kombucha) con un colador, ya que puede que queden ‘hilos’ o resto de scoby y puede desagradar.

10.  Envasar en botellas de vidrio limpias y tapar. Se puede meter directamente en la nevera y se corta ya la fermentación o se puede dejar 2-3 días en un lugar cálido y después se puede meter en la nevera para conservarlo. Se suele servir frío.

Hasta este punto hemos hecho la 1ª fermentación de la kombucha. Una delicia y con muchos beneficios, como hemos comentado antes, para nuestra flora intestinal y nuestro sistema inmunológico. Lo puedes tomar como bebida refrescante, lo puedes añadir a tu batido de la mañana, etc

Pasados 15 días tendrás algo así:

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SEGUNDA FERMENTACIÓN

Se puede dar un giro al sabor de la kombucha a través de una SEGUNDA FERMENTACIÓN donde añadiremos frutas, infusiones, especias, etc.  para darle el sabor que deseemos.

1.    La segunda fermentación es la que se hace cuando se envasa la kombucha en las botellas y se deja varios días fuera de la nevera. Ahí comienza y genera unas burbujas. Cuidado con las botellas, no las llenes hasta arriba porque podrían explotar

2.    En esta segunda fermentación se puede añadir lo que nos guste y apetezca para darle sabor: jengibre laminado, limón y naranja en rodajas o en zumo, frutas troceadas, canela, cardamomo, anís estrellado, etc. Esto se lo añadiremos en el momento de cerrar las botellas

3.    Dejaremos las botellas en una zona cálida para que la kombucha siga fermentando y coja el sabor de la fruta, especia, … que hemos añadido

4.    Pasados 2 – 3 días con la kombucha en las botellas y el sabor deseado fermentando se meten las botellas en la nevera para frenar la fermentación. Después la kombucha con sabor está lista para tomar. Cuidado al abrirlas porque debido al gas y burbujas que se creen puede explotar

5.    Servir fría

Si te animas a hacer la segunda fermentación ¡¡¡sé creativo y añade lo que te apetezca y descubre el sabor que más te gusta!

Notas importantes:

  • Para hacer kombucha es muy importante tener las manos muy limpias y el envase de vidrio que se vaya a utilizar también ya que el scoby es muy delicado y podría estropearse (asegúrate que no tienes restos de detergente en las manos ni en los envases)

  • El scoby no se puede meter en el agua con el té si aún está caliente ya que mataríamos sus propiedades y no produciría kombucha (el scoby muere con temperaturas elevadas)

  • El azúcar es el alimento del scoby. Se va a alimentar de dicho azúcar para formar la kombucha. Una vez que ésta está lista el azúcar ha, prácticamente, desaparecido así es que no es una bebida azucarada, simplemente es el alimento para que se pueda formar la kombucha

  • Nunca meter nada de metal en el envase de vidrio si dentro está ya el scoby ya que lo mataría

  • La taza de kombucha ya hecha es fundamental para la preparación de kombucha. Si has comprado el scoby pero no tienes kombucha no puedes hacer kombucha. Necesitarías comprar una botella o que alguien te de 250 – 500 ml para que tú puedas hacerla en casa. ¡Imprescindible! Se necesita un scoby (que puedes comprar online o en tiendas ecológicas, o que alguien que tenga te lo de) y, además, esa taza de kombucha hecha para que puedas empezar (‘starter liquid’)

  • El scoby no puede meterse en la nevera. Evitar, en invierno, que esté en una zona de frío. No le debe dar la luz directa, ni el sol. No debe moverse ni manipularse mucho.

  • El scoby cuanto menos lo manipulemos, mejor, porque así evitamos que se contamine. Si queremos limpiarlo, se hace con un poco de ‘starter liquid’ que luego eliminaremos

  • Antes de volver a empezar un nuevo proceso de creación de kombucha hay que dejar reposar el scoby unos días (mínimo 4-5 días) en su ‘starter liquid’

  • Al meter la kombucha en la nevera se frena la fermentación

  • En la segunda fermentación es muy importante tener mucho cuidado con las botellas: no se deben llenar hasta arriba porque podrían explotar debido a las burbujas que se forman

 

¡Una delicia de bebida y muy saludable!!

¿Te animas a prepararla? Si te animas a hacerlo puedes colgarlo en Instagram etiquetándome: @analarriuthealthcoach. ¡Me encantará ver el resultado y saber si te ha gustado!

¡Espero que te guste! ¡Disfruta!

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BENEFICIOS DE LA GERMINACIÓN Y ACTIVACIÓN DE LEGUMBRES, FRUTOS SECOS Y SEMILLAS

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Los frutos secos, semillas, legumbres y cereales son excelentes productos de la naturaleza que contienen inhibidores para evitar la germinación hasta que las condiciones sean las adecuadas y su supervivencia esté asegurada. Sin embargo, estos agentes protectores también actúan como inhibidores de nutrientes y de enzimas, librando una guerra en nuestro sistema digestivo y comprometiendo nuestra salud. Esto puede impedir la absorción de nutrientes como hierro, calcio, zinc y magnesio.



¿Cuáles son los inhibidores de nutrientes de legumbres, semillas y frutos secos?

Los llamados inhibidores o ‘anti nutrientes’ son sustancias que impiden y bloquean la buena asimilación de nutrientes (minerales, vitaminas, proteínas, etc.). En las legumbres, frutos secos y semillas encontramos varios tipos: el ácido fítico, los taninos, los oxalatos y los inhibidores de tripsina.

1.- Ácido fítico:  es un anti nutriente que bloquea buena parte de los minerales que contiene el alimento: minerales como el hierro, el zinc, el calcio, el magnesio y el manganeso.

2.- Los taninos: por un lado, tienen una parte negativa, ya que son inhibidores de nutrientes como el hierro y el cobre y, por otro lado, tienen una potente acción antioxidante.

Los taninos se encuentran casi siempre en la piel fina que recubre los frutos secos. En su mayoría es una piel difícil de eliminar, como es el caso de las avellanas, pero en el caso de las almendras es muy fácil de eliminar pelándolas. ¿Cómo? Poniéndolas en remojo y con un poco de maña, ya que esa piel es muy indigesta. Si no tienes tiempo, una posible opción, es comprar las almendras crudas y peladas.

3.- Los oxalatos: son inhibidores del calcio, del hierro y de otros minerales impidiendo su absorción.

4. Los inhibidores de tripsina: éstos no favorecen las digestiones de proteínas, por tanto, alimentos ricos en inhibidores de tripsina serán de difícil digestión


¿Cómo hacer para neutralizar esos inhibidores de nutrientes?

Es muy sencillo, sólo necesitamos agua. Hay que ponerlos en remojo para que se activen los nutrientes.

En el caso de las legumbres (garbanzos, judías, lentejas, azukis, etc.), en general, son más digestivas cuando se las pone en remojo durante una noche y se les hace germinar.

Ese proceso de germinación mejora la digestión y activan su potencial nutritivo. La germinación se produce cuando a la legumbre le ha salido un pequeño tallo.

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¿Cómo se realiza el proceso de germinación?

Es un proceso muy sencillo que consiste en poner las legumbres en agua durante la noche, aproximadamente, 12 horas; al día siguiente se tira ese agua, se enjuagan y se dejan en un escurridor o colador el resto del día (ya sin estar en contacto con el agua).

Por la noche, o en algún otro momento del día, se enjuagan las legumbres de nuevo, hidratándolas y se vuelven a dejar en el escurridor toda la noche, sin agua. A la mañana siguiente se repite el proceso, enjuagar con agua / hidratar y se dejan en el escurridor. Este proceso se repite hasta que un pequeño tallo aparece en la legumbre. Cuando eso ocurre las legumbres están listas para ser cocinadas.

¿Complicado?  

¡No realmente! Es cuestión de planificación y organización. Uno se acostumbra fácilmente y los beneficios son muchos. Muchas personas ven este proceso como engorroso y que para hacer unas lentejas las tiene que dejar germinar antes y el tiempo que ello conlleva. Hay que darle la vuelta a esa forma de pensar y poner varias cosas en remojo a la vez, ponerlas a germinar, y cuando están listas cocinarlas y hacer deliciosas recetas con ellas y ¡sorprenderse a uno mismo y a toda la familia!

A modo orientativo en los tiempos de germinación: las lentejas necesitan unos 2 días, los garbanzos de 3 a 4 días, las judías 2 días.  

Importante: a las judías no les sale el tallo a no ser que se dejen muchos días, pero en 2 días están listas para ser cocinadas, aunque no tengan el tallo.

Una vez germinadas, los tiempos de cocción, aproximadamente, son: lentejas, 20 minutos (al vapor), garbanzos, 20 minutos (en la olla a presión), judías, 14 minutos (en la olla a presión). Una vez cocinados se pueden conservar en la nevera para deliciosas ensaladas, sopas, platos principales, etc.

Elige el método de cocción que mejor se ajuste a ti.

Para una mejor conservación y más duradera se pueden almacenar en botes o tarros de cristal llenándolos con la legumbre y después rellenar el resto del frasco con el agua de la cocción de la propia legumbre (esta agua debe estar caliente).

Se llena el bote hasta arriba del todo, de forma que quede la menor cantidad de oxígeno posible, se pone la tapa y se le da la vuelta al bote, es decir, ponerlo con la tapa hacia abajo. De esta forma conseguimos un ‘envasado al vacío’.

Se puede conservar en la nevera así (con el agua) hasta 3 meses.  

Importante: si las legumbres han germinado, pero no tienes tiempo de cocinarlas en ese momento puedes meterlas en la nevera para cortar la germinación y evitar que el tallo siga creciendo. En cuanto tengas tiempo cuécelas y estarán listas para tus platos.

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En el caso de los frutos secos y de las semillas (almendras, nueces, avellanas, anacardos, nueces de Brasil, semillas de girasol, de calabaza, etc.) se en remojo ponen por la noche; al día siguiente se tira el agua y se enjuagan bien. De esta forma están listos para comer. No hay que esperar más. También se pueden guardar en la nevera durante 3 días, bien secos para que no les salga moho.

Este sencillo gesto hace que los frutos secos y semillas se 'activen', su pH aumente haciéndolos más alcalinos lo cual ayuda a alcalinizar el organismo y reduce la inflamación.

Para las personas que teóricamente tienen alergia a las nueces, han probado que cuando las han puesto en remojo uno o dos días, desechando el agua cada 24 horas y volviendo a dejarlas en agua pueden comerlas sin ningún problema ni reacción. ¡Ojo, si haces la prueba y eres alérgico por si no te funciona y sufres una reacción!!

Las semillas que tienen muchos mucílagos, como las semillas de lino y chía son más difíciles de poner en remojo ya que se hinchan y quedan como una gelatina viscosa. Con las semillas de chía podemos hacer pudding o añadirlas a nuestros batidos de frutas y verduras, al igual que las semillas de lino. Estas dos semillas, además, son muy interesantes para nuestro organismo gracias a que son ricas en omega-3 y por tanto antiinflamatorias.

Algunos beneficios de la germinación y activación:

 * Mejora la digestión

* Desbloquea los nutrientes: el remojo activa todo el potencial de nutrientes de los alimentos. Aumenta la potencia de las vitaminas A, C y B, las proteínas se vuelven más disponibles y se liberan enzimas vivas

* Implica el consumo de alimentos vivos con muchas propiedades

* Produce mejor sabor y textura: el remojo suaviza los alimentos

* Reduce el tiempo de cocción: los cereales y legumbres que se han puesto en remojo se cocinan más rápido

Remojar y germinar nos permite activar los alimentos para que sean más nutritivos y mucho más fáciles de digerir. ¡Empieza a germinar!

 

BENEFICIOS DE HACER DEPORTE

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¿Sabías que ‘el cuerpo se cura ocho veces más rápido cuando hace ejercicio regularmente’?

Una dieta equilibrada es esencial para una vida feliz y saludable, pero sin ejercicio regular nuestra salud se queda ‘coja’. Nada, ni el consumo diario de brócoli, espinacas, legumbres, …. compensará es falta de movimiento (sedentarismo).

Al igual que ciertos alimentos nos protegen de enfermedades cardíacas, diabetes o enfermedades graves como el cáncer, la actividad física, de forma regular, tiene su propia lista de beneficios para la salud. Sin ejercicio, es difícil alcanzar el máximo potencial físico y mental y, por tanto, difícil lograr el bienestar general.

Cada persona es diferente, por tanto, cada uno tendrá que buscar cuál es el deporte que más les conviene, qué frecuencia e intensidad, …

Entonces, ¿cuánto y qué tipo de deporte nos va mejor? A algunas personas les irán mejor los ejercicios suaves: yoga, pilates, natación, mientras que otras requerirán actividades más intensas: caminar rápido, correr, boxear, montar en bicicleta, bailar, etc.

Es importante que cada uno encuentre lo que le gusta, ya que de esa manera encontrará el incentivo y la motivación para realizarlo de forma constante consiguiendo así el máximo beneficio para su la salud a través de su práctica.

¿No sientes que el yoga es un ejercicio? ¿Sientes que necesitas correr 10 millas? O ¿simplemente quieres disfrutar de la belleza de un largo paseo por el bosque en otoño cuando las hojas cambian de color?


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El ejercicio también ayuda en la producción de la serotonina, una hormona que tiene un efecto estimulante en todo el cuerpo. Una vez que encontremos el deporte que más se adapta a nosotros, y empecemos a notar los beneficios, nos parecerá algo imprescindible y nuestra mente y cuerpo nos lo agradecerán.   

Estos son algunos de los BENEFICIOS del ejercicio:

• Controla el peso

• Reduce la presión sanguínea y la rigidez arterial

• Mejora la calidad del sueño

• Retrasa la pérdida de masa muscular y fuerza

• Mejora el equilibrio y la coordinación

• Mejora la flexibilidad

• Mejora el tránsito digestivo

• Reduce el estrés articular y el dolor de espalda

• Reduce la osteoporosis

• Disminuye la incidencia de enfermedades de corazón

• Disminuye la inflamación

• Mejora la función inmune

• Disminuye enfermedad del hígado graso (esteatosis hepática)

• Mejora la sensibilidad a la insulina y reduce el riesgo de diabetes tipo 2 • Aumenta la energía y reduce el riesgo de depresión, ansiedad y estrés

• Mejora la función cognitiva

 

Ya ves, todo son beneficios así es que ponte las zapatillas y … ¡ponte en movimiento!

¡Nunca es demasiado tarde para comenzar a hacer ejercicio!

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